viernes, 30 de septiembre de 2011

CUANDO EL PROBLEMA NO ES EL PROBLEMA

Nos vemos impulsados a pensar y creer que en el terreno de la psicoterapia, las consultas se refieren a la resolución de un problema o síntoma. Generalmente la gente acude a una consulta cuando esta frente a una crisis vital, existencial o frente a algún síntoma que no está sabiendo manejar. En ese caso se acude a ayuda profesional con la creencia de que el terapeuta sabrá cómo resolver esta cuestión, que generalmente viene acompañada de altas dosis de angustia.

Quienes trabajamos en este hermoso campo de la exploración humana, bien sabemos que ese malestar que la persona presenta como problema, no necesariamente sea lo más importante a trabajar. Así comienza la tarea de tejido del tapiz que juntos, paciente y terapeuta, podremos armar. Y día tras día las lanas comenzaran a cruzarse, si la persona se encuentra en una experiencia de grupo, este tapiz contará aún con más variados tonos y texturas, aportadas por cada una de las individualidades que lo conforman.

Cuando avanza la terapia los síntomas comienzan a ceder y en otro plano comienzan a llegar las preguntas (no siempre es posible llegar a este punto), pero si tenemos la dicha de estar ahí será un camino que invita, sin certezas, al bello e interminable camino de ser conscientes, de vernos cada día un poco más, de sorprendernos a cada rato. Desde ya que los curiosos por naturaleza corren con ventaja en este viaje, pero como el recorrido será valioso siempre que se avance, no es importante donde se llegué ni las comparaciones con caminos ajenos.

Recuerdo las palabras de Rumi:

Un poco de tiempo solo en tu habitación

será de más valor que nada

que puedan haberte dado nunca.

Donde tu habitación es tu interioridad y también tu cuerpo, que como tantas veces se ha dicho es lo más inconsciente que tenemos o que somos. Este proceso es en teoría muy simple, sin embargo en la práctica no dejamos de volverlo complejo a cada instante. Se trata de ver a los ojos lo que hay y soy desde siempre, no de ser lo que no soy o lo que querría o querrían que yo fuera.

Entonces si como reza el poema de Gertrude Stein Una rosa, es una rosa, es una rosa, es una rosa, el desafío que comienza muchas veces en la psicoterapia y puede continuar toda la vida, será la observación y la amplificación de la conciencia en el presente, lo que en Gestalt denominamos Aquí y Ahora y la aceptación de lo que es, más allá de los problemas o síntomas puntuales que traen a la persona a la consulta. Luego de saber mi punto de partida o donde estoy ubicado se abrirán nuevas puertas hacía lo complejo, lo diverso, lo nuevo y lo rico que hay en cada uno y poder así parafrasear a Stein: Soy esto, soy esto y también aquello y lo de más allá…

Carmen Gómez